miércoles, 5 de agosto de 2009

Es difícil morir desangrado cuando no tienes sangre ya

Esta es la historia
de un caminante
patidifuso él.

Bacilante
y sin rumbo
anda él.

Conoció hembra
de esplendores
y hierbas.

Perdío la cabeza
y su rumbo
sin rumbo.

Sangró
lo que debía
por ser humano
y patidifuso él.

Dejo rastro
de su caminar
torcido
y ondulante.

Tan joven él
tan joven ella
menguantes
sin embargo.

De deseos
ella llenó y
rayos verdes
y hojas secas
dejó...a él.

La historia
acaba aqui,
entre sangre
y gelatina.

No hay
más deseo
ahora
que ser
el patidifuso
aquel.